Casi todos tenemos nuestras versiones de flan casero: al
huevo, de café, de chocolate… y creo que
no me equivoco si digo que toda madre y abuela (y seguro que muchos padres y
abuelos) de este país tienen “SU” flan. Supongo que esto es un poco como las
tortillas…
Pues nada, os dejo mi versión, con un toque de vainilla que
le va muuuuy bien y suavísimo al paladar. Con esto seguro que sorprendéis a
alguna madre o abuela.
Que el fin de semana os traiga muchos flanes y berretes!
INGREDIENTES (para unas 6-8 personas aprox.)
½ Litro de leche
entera
250 gr. de nata líquida
5 huevos
7 o 8 Cucharadas de azúcar
Extracto de vainilla o vainas
Azúcar para el caramelo
El caramelo: Ponemos
unas 5 cucharadas de azúcar en una sartén, a fuego medio-fuerte . Cuando
el azúcar se haya tostado y no tenga grumos es que está listo, ya es puro
caramelo. Lo echamos en el molde (o moldes) que vayamos a usar y movemos para
que quede bien expandido por toda la base y parte de los lados. Cuidado con el
caramelo, no os queméis pues puede que sea una de las peores quemaduras…
A parte, en un cazo a fuego medio ponemos la leche, la nata,
el azúcar y la vainilla. Si son vainas, utilizar una abierta al medio. Si
utilizáis extracto, como he hecho yo, con un chorrito es suficiente (tendréis
la casa aromatizada por un buen rato). Estas vainas que os he comentado y que
yo no tenía podéis encontrarlas en cualquier supermercado en los estantes de
las especias o en la zona de preparación de postres (con la levadura, las
natillas de sobre, etc.).
Removemos la mezcla con unas varillas hasta que el azúcar
esté bien diluido.
Mientras tanto, batimos los huevos en un bol aparte y vamos
añadiendo muy poco a poco la mezcla de la leche, sin parar de remover.
Finalmente vertemos la mezcla en el molde, lo tapamos con
papel de aluminio y lo cerramos con la tapa (eso si estamos usando una flanera
como la mía, si no, con el papel de aluminio será suficiente). Yo he preferido utilizar la olla exprés en
lugar del horno*. He metido la flanera y he llenado la olla con agua hasta la
mitad (de la flanera). Ponemos el fuego a toda potencia y una vez que sube el
pivotito de la olla, bajamos la temperatura al mínimo y dejamos allí 1 hora o
como mucho 1 hora y media. Pasado ese tiempo, sacamos la flanera y dejamos
enfriar (fuera del frigorífico). Cuando ya esté frío lo desmoldamos y decoramos
como más nos guste. El mío se me rompió un pelín por algunas partes, pero nada, minucias ;) Os aseguro que de esta forma queda un flan suave, suave... y riquísimo :)
V.
V.
*En vez de olla, que es una manera muy buena y rápida de
hacerlo, podéis hacerlo al baño maría tradicional. En el horno ponéis una fuente
o bandeja con agua y metéis el flan tapado como he comentado.
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