Según el
diccionario de la RAE, un berrete, en Castilla, es una bocera o churrete que
queda alrededor de la boca después de haber comido o bebido algo. Lo de
“bocera” no suena muy bien en un primer momento, pero con el “churrete” nos
vamos acercando a lo positivo del asunto.
Y es que esta
palabra, que se usa en plural, nos suele recordar a mi hermana y a mí (que
estamos detrás de este blog) de dónde venimos y por qué nos gusta tanto, tanto,
comer y comer bien, por supuesto.
¿Los berretes? Pues
de chocolate, casi siempre. Antes eran los que quedaban tras (y mientras) las
natillas de la abuela Manoli, pero también aquellos que dejaba el contundente
bocadillo de chorizo, que no todo va a ser goloseo.
Que queden berretes
en la boca siempre es bueno. Es síntoma de un disfrute y un placer previos, sin
presiones, sin prisas y sin decoro. No es que haya que ponerse guarretes (que
tampoco pasa nada) pero sí hay que disfrutar y sentir, que es la base de todo
en esta vida.
SOMOS…
Somos dos hermanas,
una cocinera y otra cocinillas. La
primera lleva poco tiempo en el mundo oficial de la cocina (pero casi toda la
vida en ese mundillo extra-oficial) y en realidad es la "dueña" del blog. Aunque anduvo por otros caminos, siempre
lo tuvo muy claro. La cocinillas, que solo se pasa por aquí de vez en cuando, se dedica a cosas mucho más aburridas y menos
satisfactorias, que le llevaron hace muy poquito a acercarse al mundo de los
fogones como excusa para escabullirse de todo aquello más fastidioso.
No disponemos de
muchos medios ahora mismo a nuestro alcance para dedicarnos a un tipo de cocina
elaborado y que exija mucho tiempo y dinero. Son tiempos difíciles para la
mayoría y por eso pretendemos sumarnos a toda esa gente de la red que intenta
demostrar que se puede cocinar MUY BIEN con cosas sencillas y, sobre todo,
buenas intenciones.
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