Creo que esta es, sin duda, una de las recetas más
impresionantes que he hecho hasta ahora. Bueno, la verdad es que quizá exagere
un poco porque hace solo unas horas que hemos comido este plato de pasta y aún
estamos en estado de shock… Pero lo
cierto es que… mamma mia, qué raviolis!
Puede ser un plato algo trabajoso, sobre todo si no
tenéis una máquina para hacer pasta en casa. Os diré que es un instrumento muy
útil si sois amantes de la pasta (una vez que probéis la pasta casera os daréis
cuenta de que NO HAY COLOR) y especialmente si os gusta la pasta rellena.
Podemos comprar hoy en día muchos tipos de pasta rellena en cualquier
supermercado, pero seamos sinceros: todos nos hemos preguntado alguna vez de
qué están rellenos realmente los raviolis o tortellini que compramos por ahí.
De esta manera no solo sabremos qué hay ahí dentro, sino que además podremos
hacer cientos de variaciones con los ingredientes que más nos gusten.
Estas máquinas no son nada caras, las básicas cuestan
en torno a 20 euros y dan muy buenos resultados. Siempre que no tengáis que
cocinar para mucha gente, es entretenido pasarse un ratito haciendo raviolis; pedid ayuda en casa y animaos! El resultado no os va a dejar indiferentes…
INGREDIENTES (para 4 personas)
-PARA LA MASA DE LOS RAVIOLIS:
300 gr de harina
3 Huevos
Dos cucharadas de aceite de oliva
1 Cucharadita de sal
-PARA EL RELLENO:
Una tarrina de paté (la que he utilizado tenía 280 gr. y he dejado dos cucharadas para la salsa)
Jamón
Mozzarella en lonchas
PARA LA SALSA:
200 ml de nata
2 cucharadas de paté
Un trozito de queso gorgonzola (opcional)
2 lonchas de queso Mozarella (opcional)
Orégano (opcional)
Para hacer la pasta mezclamos todos los ingredientes
y amasamos bien, hasta que quede suave al tacto y esponjosa. La envolvemos en
papel film y metemos una hora en el frigorífico.
Pasado ese tiempo, sacamos la masa del frigo y la
cortamos en dos. Con un rodillo aplanamos un poco, pero no mucho ya que ese
trabajo nos lo hará la máquina para pasta.
Ayudándonos de la máquina hacemos dos tiras grandes
y anchas. (Si no tenemos máquina solo tendremos que utilizar el rodillo hasta
que quede una masa muy fina). En una de ellas ponemos montoncitos del paté, que en mi caso es de jamón,
unas virutas o trocitos de jamón, y un pedacito de la loncha de queso. Antes de colocar la
otra tira de pasta por encima, untamos con el dedo un poco de agua en las
orillas de cada montoncito para que así la masa que tapa se pegue bien. Aseguraos
de que estén separados entre ellos para que nos puedan salir raviolis de un
tamaño “majo” y similar. Colocamos la otra tira de pasta encima y apretamos cuidadosamente
alrededor de cada relleno para que se pegue bien la pasta. Cortamos cada
ravioli del tamaño que queramos, dejando un espacio razonable entre el interior
y el borde, y los sellamos con un tenedor.