Esta, como (casi) cualquier ensalada, es una receta muy
sencilla. Tenía por casa unos pimientos aburridillos y en cuanto pensé qué hacer con ellos lo tuve claro: me encantan los pimientos asados… mmmmm, y sobre todo el olorcillo que desprenden mientras
se hacen!
INGREDIENTES:
Pimientos asados
Canónigos (u otra hoja que nos guste)
Cebolla
Aceitunas
Ventresca o bonito
Aceite de oliva virgen
Sal
Vinagre de Módena
Esta ensalada se podría hacer con pimientos del piquillo de
los que vienen en bote pero… NADA QUE VER. Coged unos buenos pimientos (rojos, verdes,
amarillos, los que sean) y dedicadles una
hora y media al horno a 180º con aceite de oliva virgen y sal gorda. Una vez
asados les sacaréis mucho partido para otros platos y acompañamientos
(tortillas, tostas, o simplemente aliñados con ajo y aceite).
Me da hasta cosilla explicar el proceso de la ensalada, jaja, pero ya que estoy os cuento: os recomiendo que aliñéis por separado. Poned la lechuga (o
los canónigos, en mi caso) en un escurridor para evitar el exceso de agua tras
lavarlos. Le echáis un buen chorro de aceite de oliva virgen, sal y vinagre de Módena
(o reducción de Módena, que a mí me encanta) y lo mezcláis para que se impregne
bien todo. Después solo hay que
incorporar el resto de ingredientes: los pimientos en tiras, la cebolla, las aceitunas en
rodajitas y la ventresca. Terminamos con un toque de aceite y ¡listo! Here we go, operación bikini!
V.
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