Ahora que empieza la temporada
de la fresa tenemos que ir poniendo en marcha recetas que nos permitan sacarle
partido a esta fruta tan rica y con tanto potencial. Es que queda bien con
cualquier cosita y podemos añadirla a multitud de postres y tartas. Esta que os
traigo solo es uno de tantos ejemplos. Es bastante sencilla, pero exige un
poquito más de tiempo que el brownie que os enseñaba ayer. Lleva pasta brisa y
una crema pastelera, que son la base de muchísimas tartas a la que le podéis añadir
cualquier tipo de fruta: manzana, pera, melocotón… o incluso nada, queda
buenísima. Yo la conozco como pasta brisa, pero habréis escuchado también masa
quebrada o pâte brisée, a lo francés.
INGREDIENTES
- Para la PASTA BRISA:
125 gr. de mantequilla
100 gr. de azúcar
Un pellizco de sal
255 gr. de harina
Una vaina abierta de vainilla
(opcional)
La ralladura de un limón
2 yemas de huevo
2 cucharadas de leche
- Para la CREMA PASTELERA
½ litro de leche
3 yemas de huevo
35 gr. de Maizena
Una rama de canela
85 gr. de azúcar
- Para decorar
Fresas al natural o en almíbar
Proceso de la pasta brisa:
Mezclamos la mantequilla con
el azúcar y la sal. Incorporamos la harina, la vainilla, la ralladura de limón
y las yemas. Seguimos mezclando bien hasta que quede una pasta grumosa, como
apelmazada. A continuación añadimos la leche a lo anterior y amasamos un poco,
no en exceso. Si se pega mucho en las manos o en el bol donde la estemos
haciendo añadiremos un poquito más de harina. La masa no tiene que quedar muy
trabajada, sino más bien quebradiza.
Tras todo ello hacemos una
bola con la masa y la envolvemos en papel film transparente y la metemos en el
frigorífico durante una hora.
Una vez fuera del frigo, la
estiramos con las manos en un molde redondo y bajo previamente engrasado con
mantequilla. La metemos un poquito en el congelador mientras calentamos el
horno a 180° y pasados unos 20 minutos la metemos hasta que quede dorada.
En ese tiempo podemos ir
haciendo la crema pastelera:
Calentamos la leche con el
azúcar y la canela, sin que llegue a ebullición. En un bol a parte mezclamos la
Maizena con las yemas y añadimos un poquito de la leche caliente para que se
mezcle mejor. La mezcla resultante la incorporamos a la leche sin parar de
remover con unas varillas, y justo cuando veamos que va a llegar al punto de
ebullición la retiramos del fuego sin dejar de mover hasta que esté espesa y
sin grumos. Solo hay que dejarla enfriar.
Para terminar:
Cuando la masa esté dorada la
sacamos del horno y la cubrimos con la crema pastelera. Decoramos con las
fresas y… el toque que más me gusta: el caramelo crujiente! Para ello
espolvoreamos abundante azúcar por encima y tendremos que tener un soplete de
esos pequeñitos que venden adecuados para cocina (claro, jaja) y que no son
nada caros. (Antiguamente se utilizaba una pala de hierro muy caliente, que se ponía
al fuego y se aplicaba sobre el azúcar).
Queda muy MUY interesante el
toque crujiente del caramelo, con la cremosidad de la crema (valga la
redundancia) y de nuevo el crujiente de la masa. Con esto es absolutamente
imposible no quedar bien! Disfrutadla :)
V.
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