Ya sé que aún no os he mostrado ni una sola receta de
algo que no sea dulce… pero pronto vendrá una buena tanda de recetas un poquito
más adecuadas a la tan cercana (agh) operación bikini ;)
De momento os muestro otro postre sencillito con el que
podéis quedar de lujo en cualquier cena o comida. Es una mousse de queso
suaaave, suave, que contrasta fenomenal con esas tortas de anís que venden
habitualmente en cualquier supermercado.
Aquí va la receta para 4 personas.
250 ml de leche entera
3 yemas de huevo
75 gr. de azúcar
100 ml de nata líquida
3 mitades de hojas de gelatina
Media tarrina de queso de untar (tipo Philadelphia)
Torta de anís
Primero ponemos las hojas de gelatina en un bol con agua
para que se hidraten.
Mientras vamos calentando suavemente en un cazo la leche
junto con la nata. En un recipiente a
parte mezclamos las yemas con el azúcar. Esta mezcla la vamos añadiendo poco a
poco al cazo de la leche y la nata. Movemos con las varillas sin parar hasta
que quede una mezcla homogénea y retiramos un momento del fuego. Esta sería una crema
inglesa.
En un cazo a parte derretimos el queso a fuego lento y lo
añadimos a la crema inglesa. Esto lo volvemos a poner al fuego, pero despacito
siempre. Seguimos removiendo y una vez bien mezclado todo, le incorporamos las
hojas de gelatina bien escurridas y continuamos mezclando hasta que queden
totalmente integradas en la crema.
Apartamos del fuego ya definitivamente y lo echamos en recipientes individuales o en un molde
grande, como queramos. Si pensáis desmoldarlo
luego (quedará tipo flan), poned en la base un poco de caramelo líquido, porque
si no os costará la vida sacarlo! Además, no solo es útil, sino que le da un
toque riquísimo.
Metemos al frigorífico hasta que gelatinice, aproximadamente
5 horas. Es un postre que conviene hacer de un día para otro, ya que cuanto más
haya gelatinizado mejor. Así que si
tenéis pensado hacer una cenita rica el fin de semana, por ejemplo, podéis ir
preparándolo el viernes por la tarde o el mismo sábado por la mañana. Como habéis
visto es fácil, fácil, fácil y rápido!
Y ya por último, los desmoldamos, como si fueran flanes y
decoramos al gusto. En mi caso he elegido una torta de anís porque el sabor
suave del queso le va de maravilla; no es indispensable pero altamente recomendable
;) Si lo habéis puesto en pequeños
recipientes o copas o simplemente vasitos podéis añadirle mermelada de fresa
por encima… todo un espectáculo :)
V.
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