martes, 14 de enero de 2014

New York Cheesecake

El 2014 ha llegado y no nos hemos enterado. Yo, al menos, entre la sobrecarga de trabajo que he tenido y que además he estado malita, no he tenido tiempo de sentarme y preguntarme: ¿qué has hecho este 2013? ¿qué vas a hacer este 2014? ¿Qué nuevas creaciones gastronómicas me atreveré a hacer? jiji...
Reflexiones aparte, espero que hayáis pasado unas buenísimas vacaciones, que no hayáis cogido muchos kilitos y que sigáis cocinando con las mismas ganas (o más) que hasta ahora :D yo con mi nueva Thermomix estoy que lo parto! jaja! y es que no me imagino ya la vida sin ella, jiji.
Además, los Reyes Magos se han acordado de que estoy creando mi propia biblioteca de cocina y me han regalado un libro precioso con recetas auténticamente neoyorquinas. Quiero y deseo con todas mis fuerzas (y mi novio también) hacer cada receta de ese libro porque son impresionantes y representan una de las ciudades del mundo que más me gustaría conocer. He empezado la temporada con la famosísima New York cheesecake, una auténtica delicia, totalmente diferente a otras tartas de queso que había probado hasta ahora.



INGREDIENTES:
Para la base:
Un paquete de galletas tipo Maria
50 gr. de mantequilla
15 gr. de azúcar glass

Tarta,
500 gr. de queso de untar o Philadelpia
130 gr. de azúcar glass
Un pellizquito de sal
35 gr. de harina de fuerza
El zumo de medio limón
300 gr. de nata líquida
4 huevos

Precalentamos el horno a 175 grados. El procedimiento para la base ya lo conocéis: mezclamos las galletas desmenuzadas con la mantequilla derretida y el azúcar. Hacemos una pasta y forramos el molde aplastándolo con una cuchara o con los dedos. Horneamos durante 15 minutos. Sacamos del horno y subimos la temperatura del horno a 225 grados.
Mezclamos con batidora los ingredientes de la tarta según el orden en que están en la lista de ingredientes. Batimos hasta que quede una mezcla homogénea. Vertemos esta mezcla sobre el molde y hornear durante 10 minutos a 225 grados. Una vez pasado el tiempo bajamos la temperatura a 90 grados durante 50 minutos. Y ahora viene un detalle que yo no había hecho nunca con una tarta de queso: apagamos el horno y dejamos reposar la tarta dentro durante unas 2 horas. Después la dejamos enfriar en la nevera al menos 3 horas.  Como véis, no es una tarta que os podáis poner a hacer a las 12 de la mañana con intención de comerla en el postre, jeje, pero os aseguro que el tiempo de espera merece la pena porque es una de las mejores que he probado.
Perdonad la escasa decoración de las fotos, pero después de estas fiestas de excesos y comilonas me pareció que la tarta no necesitaba nada más. Si sois extra golosos, un poco de confitura de moras, por ejemplo, le iría genial.
¡Que vuestro 2014 esté lleno de recetas como estas!
V.


1 comentario:

  1. Gracias por la receta Vicky!! me encanta esta tarta de queso. En Londres la venden en todas las cafeterias, supermercados... para mi, la mejor con diferencia. ;)

    ResponderEliminar